Me llamo Carlos y llevo años dedicándome a transformar furgonetas en espacios donde puedas sentirte libre. Empecé por afición, trasteando con la mía propia, y acabó siendo mi trabajo a tiempo completo.
Cada proyecto es único, y lo trato como tal. No se trata solo de montar cosas: se trata de crear un espacio que realmente funcione para ti. Trabajo con compromiso, empatía y cercanía, porque camperizar tu furgoneta es también confiar en mí para crear tu nuevo rincón móvil.
No busco hacer muchas furgonetas al mes, busco que cada cliente quede contento con la suya. Me implico en cada paso del proyecto y lo hago con las mismas ganas con las que campericé mi primera furgo.
No uso moldes fijos. Cada furgoneta se adapta a tu forma de viajar, tus hobbies y hasta tus hábitos diarios.
Trabajo con materiales resistentes, fáciles de limpiar y duraderos. Lo práctico siempre va por delante, sin perder el toque.
No desaparezco, estoy en contacto contigo durante todo el proceso y me aseguro de que todo funcione.